22 noviembre, 2024

VIVIENDO LA NAVIDAD DESDE LA RECUPERACIÓN

La Navidad llega, como cada año, cargada de luces, celebraciones y expectativas. Para quienes hemos vivido un Trastorno de la Conducta Alimentaria, estas fechas pueden sentirse como un desafío en lugar de un motivo de alegría. Sin embargo, quiero compartir una perspectiva diferente: estas fiestas no tienen que definirse por la ansiedad, sino por las oportunidades que traen para redescubrirnos.

En un mundo que suele poner tanto peso en la comida y en las apariencias, la Navidad puede ser un espacio para recordar que tu valor no está en lo que comes ni en cómo luces, sino en quién eres. Reconectar con esta idea puede transformar estas fechas en un tiempo para cuidarte y reafirmar tu compromiso contigo misma. La recuperación es un acto de amor que eliges día a día, incluso cuando todo a tu alrededor parezca retarte.

Sé que las comidas familiares, los comentarios inesperados y las rutinas alteradas pueden ser abrumadores. Tal vez te enfrentes a miradas curiosas, a preguntas incómodas o incluso a juicios disfrazados de “preocupación”. En esos momentos, recuerda que no necesitas justificarte. Tienes el derecho de proteger tu bienestar y de marcar límites. Un simple “Gracias por preocuparte, pero estoy bien” puede ser suficiente para cuidar de ti sin entrar en discusiones.

Las fiestas también son una oportunidad para redefinir qué significa la Navidad para ti. No tienen que girar alrededor de la comida, los regalos o la perfección. Pueden tratarse de momentos de conexión, de reflexionar sobre el camino que has recorrido y de celebrar los pasos que, grandes o pequeños, te han traído hasta aquí. Tal vez este año sea el primero en el que puedas disfrutar más del momento presente, o en el que te permitas mirar alrededor y encontrar motivos para sonreír.

Permítete vivir estas fechas a tu manera, sin compararte con nadie más. Tal vez necesites un momento a solas entre las reuniones familiares, o quizás descubras que disfrutar de una comida navideña sin culpa es un regalo que puedes darte. Lo importante es que escuches lo que necesitas y te des espacio para honrarlo.

Si en algún momento sientes que te sobrepasa, recuerda que no estás sola. Hay personas que te apoyan y que quieren verte bien, aunque a veces no sepan cómo hacerlo. Busca ese apoyo, ya sea en un amigo, en un terapeuta o incluso en escribir para ti misma. Reconocer lo que sientes es un paso más en tu camino hacia la libertad.

Y sobre todo, recuérdalo: la Navidad no tiene que ser perfecta para ser significativa. Esta puede ser una temporada para abrazar tu humanidad, con sus imperfecciones y su belleza, y para reconocerte como alguien que merece disfrutar de estas fechas sin presiones ni juicios.

Que estas fiestas te encuentren llena de pequeñas victorias, de momentos de paz y de mucho amor, especialmente hacia ti misma.

Núria.