Cada día decido amarme sin que a veces sea fácil, sin que a veces sea lo que quiera, incluso sin poder mirarme.

Decido amarme por esa niña interior que es lo que más necesita en este mundo.

Decido amarme por mi hija y mi marido que me aman y me veo en sus ojos reflejada.

Decido amarme por las personas que están a mi alrededor que me sostienen.

Decido amarme por mis gatas que buscan mi calor, mi compañía y mis caricias.

Pero, sobretodo, decido amarme porque es lo que me merezco, porque soy vida y formo parte de algo más grande que yo misma.

Así que, salga de donde salga la decisión, yo decido amarme porque soy amor. 

Parece simple y lo es.

Núria Martínez