VERANO
Queridas compañeras,
El verano puede ser una estación especialmente difícil para quienes hemos luchado con trastornos alimentarios como la anorexia o la bulimia. Las temperaturas cálidas y las actividades al aire libre pueden traer consigo una serie de desafíos únicos. La presión por mostrar nuestros cuerpos, las reuniones sociales centradas en la comida y el constante bombardeo de imágenes ideales en las redes sociales pueden hacer que esta época del año se sienta abrumadora.
Recuerdo muy bien las sensaciones de ansiedad y miedo que solían acompañar el verano. Los días largos parecían extenderse eternamente, llenos de situaciones que ponían a prueba mi recuperación. A veces, parecía que todos los demás estaban disfrutando mientras yo luchaba internamente. Pero quiero deciros algo importante: no estáis solas en esto.
Es crucial recordar que el camino hacia la recuperación es exactamente eso, un camino, y no una carrera. Cada paso, por pequeño que parezca, cuenta. A veces, simplemente levantarse y enfrentarse al día es una victoria en sí misma. Y esas victorias, aunque pequeñas, se acumulan con el tiempo.
Permitidme compartir una pizca de esperanza. Aunque el verano puede ser duro, también es una oportunidad para reconectar con nuestro cuerpo de manera amable y cariñosa.
Rodearos de personas que os apoyen y os comprendan. No tengáis miedo de pedir ayuda cuando lo necesitéis. Hablar de lo que sentís, ya sea con amigos, familiares o profesionales, puede aliviar una gran parte de la carga.
Recordad que estáis haciendo lo mejor que podéis, y eso es más que suficiente. La recuperación no es lineal, y habrá días más difíciles que otros, pero cada día es una nueva oportunidad para cuidar de vosotras mismas y avanzar un poco más.
Tenéis una fuerza increíble dentro de vosotras, incluso en los días en que parece escondida. A medida que el verano avanza, confío en que encontraréis momentos de paz y alegría que os recuerden lo valiosas y fuertes que sois.
Con cariño y esperanza,
Núria