Nunca me hubiera preguntado cuánto tiempo estaría en ese proceso de superación personal, si no hubiera sido yo misma la protagonista de ese mal pasaje. Un pasaje largo, pesado, sufridor, pero ¡vencido!

La experiencia de paso por un TCA presenta el inicio de invalidación de la esencia de cariño propio en un tiempo paralizado por la sombra de pensamientos y sentimientos que nacen del miedo y la ira.

¡Camino nada fácil, sí! Pero cada paso que se avanza, por pequeño que sea, es un triunfo y la mejor satisfacción se evidencia cuando se alcanza la plena libertad y aceptación de ser una misma.

Rehuir por la imposibilidad de superación de esta trampa enfermiza minimiza la autenticidad personal. De lo contrario, el esfuerzo por salirse merece tener oportunidad, ya que el resultado de fortaleza y valía introspectiva es la mejor recompensa que se podría obtener.

Ahora, la tristeza es traducida en amor, la debilidad por la fuerza, la cobardía por el coraje y el pesimismo por el reto de avanzar la mejor versión de ser.

Natalia Freitas