ELLA
La recuerdo a ella
como si nunca la hubiera conocido,
como si no fuera parte de mí,
como si fuera otra vida.
La recuerdo a ella
feliz, sin miedo,
viviendo intensamente,
buscando sueños.
La recuerdo a ella,
y el día exacto en que se rompió,
la recuerdo en el fondo del pozo, luchando
y que no podía, o no quería.
La recuerdo a ella
buscando la paz,
buscando el canon ideal,
la recuerdo,
pero no entera.
La recuerdo a ella,
que se dolía,
que vivía convencida
que no se merecía ayuda,
que no merece el amor.
La recuerdo a ella,
cuando era pequeña,
enamorada de la vida,
de la gente, de la escuela,
de los viajes, del tiempo.
La recuerdo a ella,
al cabo de unos años,
que ya no era ella.
Que vivía en un secuestro,
mental y físico,
que le había puesto nombre
a la secuestradora.
La recuerdo a ella,
buscando mentiras,
buscando la aprobación,
buscando ese número,
-que nunca era suficiente-,
buscando un deseo inalcanzable.
La recuerdo a ella,
al final, por suerte,
ganando la batalla.
La recuerdo a ella,
luchando,
y venciendo al monstruo.
La recuerdo a ella,
porque ella,
en realidad,
soy yo.
Elisa.