AMOR INMENSO
Cuando supe que mi sobrina pequeña había sido diagnosticada de TCA me pasaron muchas cosas por la cabeza. Miedo, incertidumbre y tristeza profunda…
Y fui consciente como nunca de todo el amor que le tengo.
Al mismo tiempo sentía una fuerza que me empujaba en una sola dirección: ayudar. Averiguar qué podía hacer para ayudarle.
La información es fundamental para intentar entender este trastorno y las consecuencias que se derivan del mismo.
Mi hermano y mi cuñada nos contaron toda la que tenían por parte de los médicos, a mí y a los abuelos.
Tanto nosotros como el resto de la familia hicimos filas, sabíamos que no podíamos dejar que la angustia nos venciera.
Se me rompía el corazón cuando la veía sufrir en silencio, con la mirada triste. Pero siempre ha podido contar con el inmenso amor y apoyo de los padres, la hermana y de todos los que la amamos.
De ella sólo puedo decir cosas buenas. Ha sido una luchadora, enfrentándose con valentía a ese enemigo que es el TCA.
Admiro profundamente su coraje y me hace muy feliz verla tan recuperada. Con su sonrisa y la mirada llena de luz.
Teresa