A TI, TCA
Ojalá nunca me hubieras convencido
que a tu lado la vida era hermosa
que si temblaba, es que no había perdido.
Ojalá cuando me susurraste,
por primera vez, que te necesitaba
no te hubiera creído.
Ojalá ese día, cuando me miré,
no me hubiera odiado, por dentro y por fuera,
ni me hubiera insultado, durante horas y horas
ni le hubiera llorado, incansable, al espejo.
Ojalá me hubiera frenado a tiempo,
sin esperarme a chocar
de cara y desprotegida,
contra la pared que me separaba de tu mundo.
Pero ya era demasiado tarde, sin darme cuenta
me convertiste en una experta del odio,
en un misil de destrucción masiva de amor propio,
me enseñaste a mentir.
Me prometiste
una vida perfecta,
que no podía ser real.
Nunca lo sería.
Me dejaste
sola, sin frenos,
cayendo al abismo de tus manos.
Me regalaste
mis peores días,
a mí y a los que me rodeaban.
Me arrancas
de repente,
sin piedad,
todo lo que yo era,
y todo lo que tenía.
Me brindaste
la oportunidad de ser más fuerte.
Me intentaste matar,
por dentro y por fuera.
Pero no pudiste.
Me armé
de valor,
confianza,
paciencia,
fuerza,
valentía,
y amor.
Y eso fue lo que me salvó.
Pude contigo.
Elisa.