DECIDIR/NO DECIDIR/DECIDIR
Era un día cualquiera, aunque todos los días fueran igual de angustiosos y duros, pero aparentemente era un día más, había ido a recogerla al Centro y estaba teóricamente descansando en su habitación. Nunca podía sospechar, como sucedía el resto de los días, lo que pasaba por su cabeza, sabía que eran momentos muy difíciles para ella, el haber estado todo el día encerrada, con terapia, tratamiento, ordenando algo sus ideas, adaptándose a las normas que no eran obviamente nunca de su agrado, escuchando relatos en grupo que bien seguro le removían aún más, aunque a medio/largo plazo dieran un resultado positivo, pero era el día a día lo que contaba, el presente era con lo que había que luchar, posicionarse y encajarlo… y paradójicamente no era nada fácil!
Era un día más, aparentemente como otro cualquiera: llegó la hora de la cena, y como una cena más su cara no era de agrado, pero siempre ha sido muy disciplinada y se comió todas las raciones sin rechistar, de hecho lo primero que `pudo superar en su enfermedad fue el síntoma más visible: la comida, lo gestionó de forma muy satisfactoria y fue relativamente poco tiempo el que necesitó para vencer el malestar de ponerse delante de un plato.
Se acabó la cena, y como cualquier otro día se fue a su habitación a descansar y también a desconectar; ese día su malestar era superlativo, aunque yo lo ignoraba, siempre imperaban las ganas de esconder la verdad, no sólo por no dar visibilidad a momentos tan extremos, sino también ahora sé que por protegerme.
Por suerte lo que vino después fue un grito de auxilio, porque probablemente, de no ser así, quizás no estaría escribiendo este relato.
Finalmente pasaron unos días para poder hablar de lo qué había sucedido y cómo se sentía después… La conclusión es un extremo dolor, desesperación, rabia, culpa… todo junto fue un gran cóctel que le vino muy grande, (me confesó que sólo quería dormir…) pero que llegó a buen cauce cuando el médico le dio el alta en el hospital, porque a pesar de todo la Vida es Bella, cuando puedes llegar a combatir la enfermedad y te das cuenta que tienes perspectiva de futuro, tienes ganas de seguir y tienes ilusión!
Sólo añadir a los familiares que aunque os sintáis desesperados, no tiréis nunca la toalla, nunca! Como decía mi madre, abuela de mi hija: MIENTRAS HAY VIDA HAY ESPERANZA. GRACIAS!