DISFRUTAR DE LOS BUENOS MOMENTOS
Convivir con una persona que tiene TCA quiere decir tener que sostener muchos momentos de tensión, de estrés, de incertidumbre, estados de alerta, de miedo, de rabia y de agotamiento. Pero, por suerte, nuestro día a día, no siempre es así.
Luchar contra este monstruo que las posee hace que también haya días con hitos conseguidos y pasos adelante. Para nosotros, una situación tan sencilla como ir a merendar a una cafetería se convierte en un momento casi mágico, un motivo de celebración. Aquello que hacía tantos meses que no podíamos hacer, aquello que hacía tanto tiempo que no se atrevía a probar porque el trastorno se lo impedía.
El día que te dice: me quedan bien estos pantalones, hoy he disfrutado de la comida y estaba buenísimo, he quedado para hacer una pizza con las amigas o sencillamente cuando la conversación que tenemos no gira en relación al peso, las calorías, la comida ni de la imagen son días para celebrar. Motivos para respirar y sonreír. Pequeñas victorias.
Para cuidarlas y cuidarnos hay que aprender a disfrutar de los días buenos. Aunque a veces sabes que después el camino volverá a hacer subida, que pueden venir más crisis, que vendrán… Aquellos instantes ya no te los podrá robar nadie.
Hacerlo nos ayuda a relajarnos, a destensar y a normalizar nuestras vidas. Nos da confianza a nosotros y a ellas. También es así como hacemos frente al monstruo, le ponemos límites y lo vayamos minimizando, empequeñeciendo y haciéndolo añicos.
Disfrutar de los buenos momentos no es fácil en nuestra situación pero es esencial para no dejarnos enredar en la telaraña que cose la enfermedad a su alrededor, es nuestra manera de cortarla, de no dejarla avanzar, de combatirla. Es parte de nuestra pequeña y necesaria revolución.
Disfrutar de los buenos momentos es también una manera de vivir y de resistir.
Flores Moreno y Aguilar
@*Floretesdelcamp