Hola Aita. Hola Ama.
Hola Aita. Hola Ama.
Sé que durante todos estos años os habéis sentido culpables. Que habéis llorado y sufrido por ello. Que os ha carcomido la culpa por haber actuado de cierto modo. Que os habéis preguntado si quizás, haciéndolo de otra forma, nada de esto hubiera pasado.
Hoy, ya curada, os quiero decir que sí, que sois culpables.
Culpables de haberme dado la vida.
Culpables de haberme criado de la mejor manera posible sin que nadie os hubiera enseñado antes a hacerlo.
Culpables de ofrecerme vuestro amor.
Culpables de no haberme dejado sola en el pozo cuando la enfermedad se apoderó de mí.
Culpables de tenderme la mano cada vez que me caía y obligarme a levantarme y seguir luchando.
Culpables de ofrecerme palabras de ánimo y esperanza cuando más lo necesitaba.
Culpables de que hoy esté aquí, viva y sonriente tras haber ganado una guerra que sin vuestra culpa quizás hubiera tenido un trágico final.
Gracias aita y ama por sentiros culpables en su día. Porque gracias a ello, habéis conseguido que vuestra hija vuelva a la vida.