Factores de riesgo y síntomas

Factores de riesgo para padecer un TCA

Los factores de riesgo son aquellos que facilitan la aparición de los trastornos de la conducta alimentaria. Pueden ser factores individuales, familiares y sociales. La combinación de estos diferentes factores de riesgo puede provocar el desarrollo y mantenimiento de la enfermedad.

Factores individuales:

  • Predisposición genética: El riesgo de padecer un TCA se incrementa por            encima de los valores de la población general si hay el antecedente de un familiar con un TCA. Este factor combinado con otros de tipo ambiental, como los entornos familiares y sociales, pueden aumentar la probabilidad de padecer un TCA.
  • Rasgos psicológicos: Ciertos rasgos de personalidad como una autoexigencia muy elevada, perfeccionismo obsesivo, necesidad de control y rigidez cognitiva están muy relacionados con la aparición de una anorexia. La Bulimia está más relacionada con la ansiedad y la impulsividad.
  • Baja autoestima: Tener una baja autoestima, es decir, hacer una valoración negativa e insatisfactoria de un mismo / a incrementa la probabilidad de padecer TCA.
  • Imagen corporal negativa: Las personas que no tienen una imagen real de su    propio cuerpo y se sienten mal, son más vulnerables a la hora de sufrir un TCA.
  • Adolescencia: La adolescencia es la etapa vital en la que existe un mayor riesgo de desarrollar un TCA. Se diagnostica TCA en personas de todas las edades, pero en la mayoría de los casos la enfermedad se desarrolla durante la adolescencia. Esto sucede porque durante esta etapa, la personalidad, la autoestima y el rol social de la persona están en pleno desarrollo y, por tanto, es más vulnerable ante un entorno social en el que la presión por la imagen es excesivamente elevada.
  • Sexo femenino: De cada 10 casos de TCA, 9 son mujeres y 1 es un hombre, por lo que ser mujer implica mayor riesgo de padecer un TCA.

Factores familiares:

  • Ambiente familiar desestructurado: Las familias en las que no existe una estructura estable y segura tienen mayor riesgo de desarrollar un TCA en alguno de los miembros, sobre todo en aquellos que de manera individual tienen más riesgo, como las chicas adolescentes.
  • Ambiente familiar sobreprotector: Aquellas familias en las que la comunicación y la dinámica familiar es excesivamente rígida, controladora y exigente pueden influir en el desarrollo de un TCA, sobre todo en aquellos miembro con mayor vulnerabilidad individual, como las chicas adolescentes.
  • Experiencias vitales estresantes: Cambios traumáticos en la estructura familiar como, por ejemplo, la muerte de uno de los miembros puede aumentar la probabilidad de TCA.

 

Factores Sociales:

  • Modelo de belleza imperante: El actual modelo de belleza, que se centra en un modelo estético delgado, tiene un peso muy importante en el desarrollo de los TCA. En los últimos años, la aparición de este nuevo canon de belleza ha venido acompañado de un fuerte incremento de la incidencia de casos de TCA.
  • Presión social respecto a la imagen: En las últimas décadas, el valor social de la imagen también ha ganado relevancia, por lo que no sólo tenemos un modelo de belleza perjudicial para la salud, sino que, además, la presión social recibida respecto a la importancia de parecerse a este modelo es excesivamente elevada. Estos dos factores combinados tienen una clara influencia en la aparición de TCA. El papel de los medios de comunicación en la difusión del modelo de belleza actual los sitúa como agentes responsables, en buena medida, en la proliferación de los TCA en nuestra sociedad.
  • Determinados deportes o profesiones: Ciertas actividades deportivas, como la danza, por ejemplo, pueden favorecer la aparición de TCA debido al trato que hacen de la imagen en la práctica de este deporte. Otros deportes de riesgo son aquellos en los que se compite por categorías de peso. También son grupo de riesgo todas aquellas personas que ejercen profesiones relacionadas con mundo de la moda, espectáculo y / o televisión / cine, ya que la profesión a menudo ejerce presión en cuanto a tener una determinada imagen.
  • Críticas y burlas relacionadas con el físico: Las personas, sobre todo niños y adolescentes, que han recibido críticas y burlas relacionadas con su apariencia física y que debido a ello se han sentido inseguras con su imagen pueden presentar mayor tendencia a desarrollar TCA.
  • El sistema de tallas actual: es un sistema no unificado que tiene como resultado un patrón heterogéneo que resulta confundido para la población, hasta el punto de que la persona no es capaz de conocer cuál es su talla. El informe «No encontrar tu talla promueve la anorexia» alerta de que un 44% de la población hace un intento de dieta para adelgazar al comprobar que no utilizan la talla que creían.
  • Existencia de páginas web que hacen apología de la anorexia y la bulimia: En los últimos años han aparecido y se han reproducido a una velocidad vertiginosa, tal y como denuncia el informe «Las páginas pro-ana y pro-mia inundan la red «, la presencia en internet de páginas que hacen apología la anorexia y la bulimia como» formas de vida «en lugar de como enfermedades mentales. Son páginas dirigidas por una persona que sufre TCA y en las que diferentes personas afectadas por la enfermedad se ponen en contacto con el objetivo de intercambiar trucos para adelgazar, reforzar las conductas patológicas propias de la enfermedad (como, por ejemplo, autoexigirse un peso por debajo de lo que se considera saludable), y engañar familiares y amigos, entre otras acciones. El acceso a este tipo de páginas es muy fácil y dado que aún no existe una legislación concreta al respecto, no tenemos al alcance las herramientas necesarias para acabar con este factor que ejerce una influencia tan negativa, sobre todo, entre los chicos y chicas más jóvenes. Más información aquí.

 

Señales de alerta que nos pueden hacer sospechar que existe un TCA

 

Las señales de alarma son aquellos comportamientos que pueden estar relacionados con la posible existencia de un trastorno de la conducta alimentaria (TCA). No se tratan de criterios diagnósticos y, por tanto, no confirman la enfermedad. Para diagnosticarla es indispensable que la persona que parece estar sufriendo-lo sea evaluada por profesionales de la salud mental. Pero a pesar de no ser válidos para diagnosticar un TCA, son señales que pueden informarnos sobre la presencia de la enfermedad, por lo que es recomendable que ante estas señales se consulte con un equipo de profesionales.

En relación con la alimentación:

  • Uso injustificado de dietas restrictivas
  • Estado de preocupación constante por la comida
  • Interés exagerado para recetas de cocina
  • Sentimiento de culpa por haber comido
  • Comportamiento alimentario extraño (velocidad ingesta, comer derecho, etc.)
  • Irse de mesa y encerrarse en el baño después de cada comida
  • Aumento de la frecuencia y cantidad de tiempo que está en el baño
  • Evitar comidas en familia
  • Rapidez con la que se acaba la comida de casa
  • Encontrar comida escondido, por ejemplo, en su habitación
  • Encontrar grandes cantidades de restos de comida, envoltorios, etc. en su habitación o en la basura.

En relación con el peso:

  • Pérdida de peso injustificada
  • Miedo y rechazo exagerado al sobrepeso
  • Práctica de ejercicio físico de forma compulsiva con el único objetivo de  adelgazar
  • Práctica del vómito autoinducido
  • Consumo de laxantes y diuréticos Amenorrea (desaparición del ciclo menstrual
  • durante, al menos, 3 meses consecutivos) si se da, como síntoma debido a landesnutrición
  • Otros síntomas físicos debidos a la desnutrición: frío en las manos y pies, sequedad de la piel, estreñimiento, palidez o mareos, caída de cabello, etc.

En relación con la imagen corporal:

  • Percepción errónea de tener un cuerpo graso
  • Intentos de esconder el cuerpo con ropa ancha, por ejemplo

En relación con el comportamiento:

  • Alteración del rendimiento académico o laboral aislamiento progresivo
  • Aumento de la irritabilidad y agresividad Aumento de los síntomas depresivos y/o la ansiedad
  • Comportamientos manipuladores y aparición de mentiras

¿Qué Síntomas y Señales de Alarma podemos encontrar en la Anorexia Nerviosa?

  • Preocupación extrema por la figura, la dieta y el peso
  • Pérdida importante de peso en poco tiempo
  • Dieta persistente, aunque la persona esté muy delgada
  • Progresiva restricción alimentaria
  • Cambio de hábitos alimenticios
  • Compra y consumo de productos para adelgazar
  • Trastornos menstruales: la persona pierde la menstruación sin razón médica
  • Rituales extraños con la comida (ejemplo: trocear la comida)
  • Práctica de ejercicio físico excesivo
  • Interés obsesivo por la comida como el cálculo de las calorías energéticas de
  • los alimentos
  • Tirar, comer o mentir sobre las comidas
  • Obsesión por el peso
  • Preocupación excesiva por los estudios
  • Aumento de la rigidez y la obsesión: la desnutrición aumenta la rigidez y la obsesión
  • Comentarios despectivos sobre el propio cuerpo
  • Inquietud, cambios de humor, aislamiento y tristeza.
  • Alteraciones físicas derivadas de una malnutrición grave: descalcificación ósea, problemas cardiacos, sensación constante de frío, estreñimiento, caída de cabello, etc.

 

¿Qué Síntomas y señales de alarma podemos encontrar en la Bulimia Nerviosa?

  • Comida a escondidas
  • Desaparición inexplicable de la comida
  • Gastos excesivos no justificados (comprar comida a escondidas)
  • Ir al baño inmediatamente después de las comidas o con mucha frecuencia
  • Cambios de humor frecuentes
  • Cambios de peso bruscos
  • Comer en exceso (la persona realiza atracones) con presencia de vómitos osin
  • Diarreas frecuentes sin motivo aparente
  • Caries de repetición o pérdida de piezas dentales en edades jóvenes
  • Comentarios despectivos sobre el propio cuerpo

 

¿Cómo podemos ayudar a una persona que nos preocupa?

Es muy importante ser honesto, directo y comprensivo. Hay que sentarse tranquilamente y explicarle con exactitud lo que se ha notado sin ahorrar ningún detalle. Hay que decir a la persona que, realmente, se está muy preocupado por lo que pasa y se le hará saber que, como que te importa realmente, te gustaría ayudarla. Se puede decir: «Me parece que, tal vez, tienes un desorden alimenticio o problemas con la comida». No la acuses, condenes ni le hagas confesar nada; sé su puntal, pero no quieras ser su terapeuta.

Sugiere ayuda profesional. La mayoría de gente responde mejor si se le dan diferentes opciones. Por ejemplo, podemos decirle: «¿Porque no llamas a la Asociación Contra la Anorexia y la Bulimia?», «Podrías obtener más información en un grupo de ayuda mutua» o «Podrías pedir hora al dietista». Puedes ofrecerte a acompañarla para obtener ayuda.

Si él/ella se resiste a ser ayudado/a o bien niega el problema, es posible que no se trate de eso ya que puede que no esté preparado/a para admitir que tiene un problema. No le ayudes a negarlo con tu silencio. Habla de las cosas que observas y que te preocupan. No puedes obligarle a buscar ayuda, pero puedes hacerle saber dónde puede dirigirse o llamar para pedir información e incluso le puedes sugerir que empiece por hacerse un examen médico. Reafírmale que estás dispuesto/a a hablar del problema, pero sólo si quiere y en el momento que considere oportuno. No te pelees por el tema de la comida o del peso.

Los amigos, los compañeros y los miembros de la familia tienden a implicarse demasiado en los problemas de la persona afectada. Hay que recordar que en los trastornos alimentarios intervienen aspectos de control y si se intenta controlar la persona, ésta siempre ganará. No se debe intentar manipular con sobornos, recompensas, castigos o culpabilidad. Ninguna de estas tácticas funciona. La clave está en hacer sentir nuestro apoyo.

Tanto si la persona está en tratamiento como si no lo está, no cometas el error de intentar cambiar su comportamiento. Que sea él/ella quien lo haga ya que es el único/a que puede cambiarlo. Si te implicas en exceso, puedes enfadarte y acabar quemándose té. Aunque sea frustrante, eso es todo lo que puede hacer un amigo. Todo solo/a no podrás hacer que la persona se cure ni tienes que asumir esta responsabilidad tú solo/a.

SI CONSIGUES QUE LA PERSONA SE RESPONSABILICE DE SU CONDUCTA, MIENTRAS LA TRATES CON RESPETO Y COMPRENSIÓN, SERÁ MÁS PROBABLE QUE ÉSTA BUSQUE AYUDA Y EMPIECE A CAMBIAR.